“Tito”, así me llama la mujer con la que he pasado toda mi vida. Esa mujer que solía ver bajar del bus abrazando sus libros, y a la que le robaba la cola que le sujetaba ese cabello rubio, como juego para llamar su atención. Quién diría que esa mujer terminaría siendo mi esposa y la madre de mis hijas. Esta mujer vive como muchos deberíamos para ser más felices: sentir y actuar. Y eso me ha inspirado para llegar a donde estoy hoy, y le agradezco tanto por ello. Espero seguir oyendo ese “Tito” que me reconforta el alma.
Tiphanie Zúñiga Rivera